Las reflexiones aquí expuestas, pretenden contribuir a esclarecer algunas ideas en torno a la repercusión psicosocial que para la salud comunitaria implica responder la interrogante: ¿cuáles son algunas consideraciones éticas que posibilitan plantear la relación entre el trabajo de intervención de la psicología comunitaria en el campo de la salud y la visión que respecto a la vida tiene el pueblo originario Aymara con su concepto Suma Qamaña? Para ello, se recurre a un ejercicio de cotejo de tres vertientes de pensamiento, el de Maritza Montero (2001), quien pone acento en la fundamentación ética de la psicología comunitaria, el de Nila Heredia (2012), quien explica el sentido que tiene para el pueblo Aymara el concepto del Buen Vivir y el de Fernando Huanacuni (2010) donde la recuperación de las reflexiones es a partir de la visión ancestral indígena. Dentro de las posibles respuestas a la pregunta planteada se encontró que la ética en el trabajo comunitario se da por sí sola en una relación afectiva, donde ya no tienen lugar la manipulación, la utilización, y menos, el abuso, sino el cuidado y el respeto.