Santiago Zapotitlán, un pueblo originario absorbido por la Ciudad de México, se divide en dos barrios el del Señor Santiago y el de su Señora Santa Ana o Cihuatlampa. Un complejo sistema de mayordomías, se encarga en cada barrio de celebrar sus fiestas patronales. Por su carácter dual se desata una profunda rivalidad entre las mayordomías, para obtener el mayor prestigio mediante espectaculares celebraciones. En esta disputa participan tanto la familia extensa, los compadres y vecinos de los mayordomos del Señor Santiago, como los correspondientes de la Señora Santa Ana. Una resolución ritual no disyuntiva de tal rivalidad entre facciones, es condición necesaria para que el pueblo actúe como una comunidad subjetivamente cohesionada. En la defensa de sus tradiciones y cosmovisión, ante las crecientes presiones de la vida urbana neoliberal.